miércoles, 20 de enero de 2010

Homenajes

Decimas Espinelas y Poemas

Luis Bárcena Giménez Graduado en la Universidad de La Vida y atrapado desde julio de 2003 por la Décima Espinela, estrofa poética que me sirve de catarsis.

Comentario sobre Héctor Zea

Don Héctor Zea se desempeñaba como Auxiliar durante mi época de colegial y como tal ¡me auxilió!
Aunque nunca descuidé mis estudios, como todo adolescente era inquieto, pero decidido sin necesidad de grupo. En quinto de secundaria, don Héctor, como conocedor de la vida y con la certeza de que “yo me las traía” me invitó para conversar a solas en un bar. Hablamos de todo y allí comprobé que él “ya estaba de vuelta” mientras que yo a grandes trancos recién iba. Interesándose por lo que gustaba hacer, llegamos a la poesía. Sacó un papel, me dio un lapicero y me dijo: “Improvísame algo”. Como estaba en lo mío, el pulso no me tembló y escribí unos versos acerca de la amistad, luego le entregué el papel, lo leyó, evaluó y guardó en su billetera.
Terminé la secundaria y fui para Lima. Pasaron varios años y no sé por qué motivo tuve que volver a Arequipa donde por casualidad nos encontramos en la calle, estábamos conversando, cuando mete la mano a su bolsillo, saca la billetera, de esta saca un papel y me dice: ¿Te acuerdas?, ¡era el mismo papel con la poesía que le improvisé cuando alumno! Termino, él era el único del Colegio Luna Pizarro que sabía por mi boca que yo escribía en verso.

DON HÉCTOR ZEA SABÍA

Don Héctor Zea sabía
ya desde el setenta y cuatro
que yo más que hacer teatro
gustaba hacer poesía.
Yo siempre recuerdo el día
que allá en la “Blanca Ciudad”
por su humana calidad
su invitación acepté
y en un bar le improvisé
acerca de la ¡amistad!

Luis Bárcena Giménez
El Gato

Comentario sobre David Otazú

Al profesor Otazú lo recuerdo en dos planos y no porque haya sido un poco gordo, me refiero en los planos de profesor y “estudiante”.
Como profesor por la maestría con que dictaba sus clases a tal punto que yo no necesitaba estudiar su curso en casa. Él empezaba a disertar y ya uno quedaba encandilado.
Como “estudiante” lo recuerdo cuando bajo su responsabilidad fuimos los del salón de paseo a Sabandía, allí se dio la oportunidad de jugar pelota. Algunos compañeros que “ellos mismos” decían jugar muy bien pensaban “camotearlo” por su edad y contextura física, ¡fracasaron! tenía agilidad, juego de cintura y dominio de bola. Sencillamente él bajó a nuestro plano para darnos una sorpresa.

A DON DAVID OTAZÚ

Reconozco que bastante
muchos profesores saben
mas quieren que los alaben
sin llegar al estudiante.
Saúl, yo salí triunfante
para que lo sepas tú
pues la Historia del Perú
y la Historia Universal
fue una charla coloquial
de don David Otazú.

Luis Bárcena Giménez
El Gato

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